Después de realizar, hace ya unos meses, un webinar en colaboración con Glissandoo, un señor me llamó a los pocos días para darme la enhorabuena. La llamada se extendió hablando sobre nuestro punto de vista que compartíamos en relación a la figura del director de banda.
Un punto de vista que, desde mi entorno, he tenido que luchar y defender en muchos momentos con compañeros y directivas. Hasta el punto de desistir y abandonar el proyecto en la banda donde nací.
No era el momento ni el lugar.
No obstante, los resultados eran evidentes. La banda crecía, ganaba números y tenía una proyección ilusionante.
Volviendo a la llamada, Juan Conill y yo coincidíamos en la versatilidad del director, no sólo en su habilidad y técnica de «mover los brazos», sino en su competencia holística para construir una cultura de trabajo en un equipo de personas. Y aquí estaba la clave: las personas.
La charla cogió ese hilo como el principal motivo del éxito en un nuevo paradigma social y musical que no se basa sólo en ensayar las obras del concierto, sino, también, en conectar con los valores, propósitos y objetivos del grupo.
Después de varios minutos al teléfono, decidimos llevar todo este contenido a su escuela para directores con una masterclass. Y cerramos fecha.
No fue nada mal. El resultado es que, para el próximo curso 24-25, el coaching y la gestión de grupos formará parte de la formación anual de la escuela.
Si quieres crecer como director de banda (y persona) y llevar a tu agrupación al siguiente nivel, no dudes en informarte sobre esta escuela. Te dejo el enlace de información:
https://miembros-escuela-johann-conductor.grwebsite.es/
Nos vemos pronto.