¿Te has preguntado alguna vez si estás utilizando el tiempo de ensayo de la mejor manera posible? ¿Es suficiente trabajar sólo la parte musical para hacer crecer a tu agrupación? ¿Contribuyes al desarrollo personal y emocional de tus músicos?
Desde mi punto de vista, como director, tu rol va mucho más allá de asegurar que las notas de la partitura se toquen correctamente. Delante tienes personas, después músicos. Tu verdadero propósito radica en formar músicos holísticos que contribuyan al equipo, no solo a través de sus instrumentos, sino también con su carácter e ilusión.
Normalmente, no nos enseñan a gestionar recursos humanos. La formación en dirección musical pasa por una excelente técnica, una excelente lectura y estudio de la partitura, una alta competencia en instrumentación e instrumentos, un amplio conocimiento de historia y compositores, etc.
Pero, además, un director necesita determinadas habilidades para gestionar a esos recursos humanos y que les permita liderarlos eficazmente. Hablo de comunicación, liderazgo, inteligencia emocional, gestión del tiempo y planificación, actitud, mentalidad de crecimiento, desarrollo del talento, resolución de conflictos, cultura de equipo, etc. ¿Sabías que esto también se puede entrenar? ¿Consideras que la formación técnica en dirección es suficiente para manejar los aspectos emocionales y sociales de tu banda? ¿Has invertido tiempo en aprender sobre estos aspectos y cómo aplicarlos en un contexto de ensayos y conciertos?
Toni Nadal, en su libro Todo se puede entrenar, destaca que no es sólo la aptitud técnica lo que se debe entrenar, sino también la actitud y el carácter. Este principio es directamente aplicable a la dirección de una banda. Al igual que en el tenis, donde la habilidad técnica por sí sola no garantiza el éxito, en una banda, la destreza instrumental de cada músico, aunque es esencial, no es suficiente para alcanzar la excelencia colectiva.
Es vital entender que el carácter y la gestión de las emociones también se entrenan. Un músico puede ser técnicamente brillante, pero si no posee la fortaleza mental necesaria, puede derrumbarse en situaciones de presión, como en un concierto importante o durante un pasaje difícil. Como director, es tu responsabilidad no sólo dirigir la ejecución de las notas, sino también ayudar a tus músicos a desarrollar una mentalidad fuerte y resiliente.
Por eso, uno de los propósitos fundamentales de un director debe ser cultivar en sus músicos ilusión. Transmitir la motivación y entusiasmo por lo que se hace, inyectarles dopamina para superarse, esforzarse más allá de lo establecido y enfocarse en el proceso. Debe ser el motor que los impulsa a alcanzar tanto sus objetivos personales como los de la agrupación.
¿Cómo puedes trabajar todo esto en los ensayos?
Cultiva la resiliencia, esa capacidad de superación ante los obstáculos y retos que surgen no sólo técnicamente, sino también mentalmente y que fortalecen la confianza y controlan el estrés.
Fomenta la cohesión y el apoyo con un entorno donde los músicos se sientan seguros y en armonía, realizando dinámicas que fortalezcan los vínculos y sus relaciones.
Diseña momentos de reflexión para hablar de los aprendizajes, musicales o emocionales, de las dificultades y cómo se superaron, de estrategias para mejorar, etc.
Trasciende más allá de la música, ilusiona y motiva con propósitos que se extienden más allá de la simple ejecución de las obras y conecta a los músicos con el público, con objetivos de gran impacto educativo o dejen huella en la sociedad.
Como has podido comprobar, dirigir una agrupación no es sólo una cuestión de preparar técnicamente un concierto. Es un proceso integral que también implica trabajar en las cualidades humanas de los músicos: su ilusión, su carácter y su capacidad para gestionar las emociones.
No dejes de formarte, no sólo técnica y musicalmente, sino también en el desarrollo personal. Te aseguro que ese trabajo interno y, aparentemente, invisible impactará enormemente en tu desarrollo profesional. Y, por supuesto, dejará huella en tus músicos y tu agrupación al convertirte en el líder y modelo que necesitan.